BOMARZO 2007
BOMARZO
Ópera con música de Alberto Ginastera
y texto de Manuel Mujica Láinez basado en su novela homónima
LIBRETO
ACTO SEGUNDO
ESCENA X: La Cámara Nupcial
(Una cámara en el castillo de Bomarzo. Ha tenido lugar la ceremonia nupcial de Julia Farnese y el Duque. La procesión nupcial entra con pajes, luces, etc., encabezadas por la pareja recién casada, seguida por el Cardenal Orsini, Diana y Maerbale)
CORO:
Todo el aire espeja
de mariposas;
las cigarras y grillos
cantan en torno.
Es la vieja aleluya
de los jardines
que trenza la corona
de los amantes.
Dame la mano, amor,
dame la mano;
la noche no termina
para el que ama.
DIANA:
Os dejamos, Duque de Bomarzo,
Duquesa de Bomarzo.
Que Dios os bendiga siempre, siempre...
(Maerbale, Diana, Silvio de Narni y los demás parten. Solo quedan el Duque y la Duquesa y las damas de compañía de Julia. Éstas comienzan a desvestir a la Duquesa)
JULIA:
Tomad mi corona.
Su peso es muy leve; no obstante, me agobia y me ciñe.
Tomad este manto.
Como una armadura de oro, su peso me oprime.
Tomad estas flores,
tomad estas rosas y lises:
con ellas saluda Bomarzo a la nueva duquesa.
Son bellas y tristes.
PIER FRANCESCO:
Bello y triste es Bomarzo, señora.
Todo es aquí bello y triste.
Triste el duque que os ama,
Pero no es bello. Sólo triste.
(Pier Francesco sale por un momento y las damas terminan de desvestir a la Duquesa quien, mientras, como rememorando, canta la canción de la escena previa)
JULIA:
Más que el beso que persigue
la roja boca ofrecida,
puede tu beso en la mano
que a buscarte se desliza.
(El Duque regresa. El también se ha despojado de su manto y su espada)
PIER FRANCESCO:
Olvida esa canción infortunada.
Mira tu alcoba nueva. Desde Roma
trajeron los tapices. Los mosaicos
se inspiran en los lirios y en las rosas,
de tu escudo y mi escudo, rosa y lirio
que crean juntos una flor insólita.
(La toma de la mano y le va mostrando el cuarto. Súbitamente se detiene, horrorizado)
JULIA:
¿Qué pasa, mi señor,
y por qué te detienes?
PIER FRANCESCO: (tomándola de la muñeca)
¡Ahí... Mira en aquel ángulo...
mira su horror de muerte..!
JULIA: (acercándose a la pared)
Nada veo.
PIER FRANCESCO:
Contempla
del Demonio, la verde
mueca, la insoportable
máscara, siempre, siempre.
Hasta las mismas bodas
del jorobado, viene.
JULIA:
¿Dónde? ¿dónde?
PIER FRANCESCO:
Un mosaico
distinto a los recientes
dibujos blasonados
de Orsini y de Farnese,
agrega a su perversa
máscara de la muerte.
(Julia mira infructuosamente por el mosaico del Demonio, rodeada por sus damas de compañía, quienes hacen lo mismo. El Duque golpea la mano con sus puños y luego se vuelve a las damas asustadas)
¡Dejadnos, que mi lucha
con el monstruo no cede!
¡Dejadme, debo encararlo
así, infinitamente!
(Julia cae de rodillas a su lado. El Duque la toma de la muñeca y continúa clavando la mirada al lugar en donde debería estar el diabólico mosaico, mientras el cuarto se oscurece)