BOMARZO 2007
AL EQUIPO DE TRABAJO
por Jerry Brignone
Una obra de arte documental y experimental de tanto riesgo, tal como la que hemos propuesto los generadores de la idea original, no podría haber sido realizada sin la colaboración esencial del extenso equipo de producción que la plasmó.
En otras partes de este sitio web hemos agradecido a las muchas personas con las que el proyecto se halla endeudado. Más que redundar en ello, quisiera, a título puramente personal, hacer una mención especial de algunas personas que sin las cuales creo que éste no hubiera sido de ningún modo posible, y a quienes me siento particularmente agradecido por ello. Este agradecimiento lo he realizado de corazón en cada proyección pública de la película en que me tocó tomar la palabra, tal como ha quedado registrado y ante la presencia de cientos de personas, pero creo que el espacio de este sitio web vinculado a Bomarzo 2007 no estaría completo si estas palabras no estuvieran expresadas por escrito.
En primer lugar, quiero agradecer a Massimo Scaringella por su amistad personal incondicional y su extraordinaria visión, intuición y laboriosidad para, durante años, gestionar ante un extenso conjunto de variables muy complejas, la posibilidad de que esta propuesta tan arriesgada e inusual haya podido llegar al punto al que llegó, así como las múltiples gestiones que todavía hoy continúa realizando para que los artistas involucrados puedan ser reconocidos en los medios en los cuales el destino decida que esta obra pueda ser disfrutada.
Asimismo, quiero expresar mi inmensa gratitud hacia el excelente videasta Anton Giulio Onofri por su participación invalorable. No solo un ser humano excepcional, sino un artista y técnico exquisito de un profesionalismo y positividad inigualables, que junto al perfeccionismo y sensibilidad estéticas que le dieron su sello inconfundible a la obra hombro a hombro con aquel otro artista de la cámara, Giovanni Consonni, permitió que Bomarzo 2007 tenga el vuelo estético visual y de montaje que de ningún modo hubiera podido tener de no mediar la participación de estos magos de la imagen.
En el rubro argentino, la expresividad de H℮l℮na Barakסvic en el demandante papel principal del protagonista, Pier Francesco Orsini, con su encarnación de un papel tan arduo, resultado de una larga preparación personal, así como la actuación de Gabriela Fernández Bisso, que benefició a la obra con el aporte de su positividad y profesionalismo, fruto de su larga trayectoria de soprano lírica, en papeles tan disímiles como el de la abuela Diana Orsini y la prostituta Pantasilea, son una pieza esencial de este largometraje.
Mi gratitud hacia los pobladores de Bomarzo, tan conmovedoramente colaborativos, y muy especialmente, hacia los miembros del grupo de teatro local "I Commediari", que incluye en sus filas a autoridades municipales de este pueblo encantador que desde un principio me fascinara: ha sido una de las satisfacciones emocionales más grandes de todo este proyecto. Quiero destacar y agradecer particularmente el profesionalismo y la colaboratividad demostrados por Melissa de Santis, Alessandro Pangrazi, Giovanni Proietti, Danilo Morelli, Luca Fosci y tantos otros (incluidos los jóvenes Andrea Fosci, Luca Francesconi y Cesare Ceccolongo en los roles infantiles), cuya lista sería interminable y a quienes debo el mayor de los respetos y ponderación por su excelente actuación.
Debo también agradecer al argentino Norberto Griffa por su amistad y apoyo en tantas instancias delicadas que hicieron y hacen a la posibilidad de que este proyecto pueda llegar al público, así como al alcalde de Bomarzo, Stefano Bonori, la asesora cultural Tiziana Lagrimino, y varios de los artistas locales recién mencionados que tienen una participación activa en el diario quehacer ciudadano de Bomarzo como comunidad.
Experiencias tan intensas como las vividas generaron nuevas y hermosas amistades que valoro con todo mi corazón y que le han dado un sentido trascendente a esta gesta, y que me han, por añadidura, permitido una mayor conocimiento de mí mismo y el haber podido ver con claridad quiénes son las personas que en mi vida deseaban mi bien y el bien común. Porque, al fin y al cabo, toda esta experiencia, tan audaz como esforzada, fue puro fruto del afecto, del entusiasmo y de una locura bien entendida que ha llenado a muchos de nosotros de satisfacciones personales y que ha tenido, por añadidura, una excelente recepción por parte de personas que no conocían esta obra maestra de Ginastera y Mujica Lainez, así como de aquellos que ya la conocían, amaban y valoraban.
La buena voluntad de todos los involucrados y de tantas personas que con sumo entusiasmo están tomando contacto con el proyecto determinarán, en última instancia, su destino. Más allá del rol autoral fundamental que me ha tocado llevar adelante en el mismo, la emoción personal y estética que me embarga cada vez que vuelvo a ver el producto terminado me llenan, desde el primer momento y hasta la fecha, de pura gratitud por este hermoso trabajo de equipo logrado.
Me consta que, de un modo para mí conmovedor, muchos de los mencionados compartimos este sentimiento, y esta es la satisfacción más grande que un artista y un gestor de hechos culturales puede sentir en su vida. A todo aquel que sepa en su fuero íntimo que ha colaborado para que esta obra se haya realizado y se difunda con la merecida valoración de cada uno de todos los responsables de su factura, mi gratitud infinita, y mi deseo de que Bomarzo 2007, que en suma, nos trasciende a todos, logre el reconocimiento que merezca.
El futuro decidirá los rumbos que tome esta obra, y sin duda cada uno de nosotros es responsable de ello, tanto en el proceso alocadamente acelerado de su realización, como en los pasos que día a día demos para su adecuada difusión. Por supuesto, por ello mismo, debo un agradecimiento muy especial a los herederos de los autores de la ópera y a los funcionarios que brindaron su tan entusiasta apoyo a este emprendimiento.
Alguna vez he dicho que mi vida ha sido un largo camino de sueños realizados, y me siento bendecido por ello. Sé que es un gran privilegio, y que esta bendición ha sido posible no solo por un descomunal esfuerzo personal de mi parte, si no por el amor y el talento de aquellos que me han acompañado en la vida. Por ello, a todas las personas de buena voluntad que han aportado su colaboración fundamental para la materialización de este sueño particular, mi más sentido y eterno agradecimiento.
Jerry Brignone